martes, 1 de diciembre de 2009

AproximacIon a la última encíclica del Papa: La caridad en la verdad(Cáritas in veritate)

JOSÉ LUÍS CEBRIÁN BONÉ


“Siempre sigo enamorado del periodismo”. Con esa confesión personal comenzó el periodista José Luís Cebrián su intervención en la que analizó diversos aspectos de la actividad intelectual y pastoral del Papa Benedicto XVI y especialmente su reciente encíclica “Caritas in veritate” José Luis Cebrián al que una intensa vida profesional ha llevado, entre otras muchas iniciativas periodísticas, a dirigir el diario ABC y la agencia Europa Press, fundar “Nuevo Diario” o dirigir el diario “El Alcazar” editado por PESA, explicó que la jubilación le ha permitido redescubrir el tiempo y animó a los presentes, en esa situación personal, a no quedarse parados ni reducir el área de sus intereses. Con esa filosofía expuso una de sus actuales áreas de interés preferente; la gran aventura intelectual, religiosa y humana que encarna el actual papa Benedicto XVI que, siendo Cardenal Ratzinger, publicó numerosas obras de las que Cebrián afirma haber seleccionado 34 libros y haberlos leído y estudiado varias veces.

En su actual etapa como en la sede san Pedro Benedicto XVI ha escrito tres encíclicas que desgraciadamente se leen poquísimo, según el ponente. La primera, cuyo título “Dios es caridad” lo calificó de genial enunciado comunicativo. La segunda encíclica, “Spe salvi” la considera Cebrián un complemento de la primera y la más reciente “Verdad en la caridad” la definió como “la encíclica de la globalización” en la que da la impresión que el Papa ha redactado basado en los trabajos de un gran un gran equipo dirigido por él.

Haciendo la comparación de algunos rasgos del carácter de Benedicto XVI con los de su predecesor Juan Pablo II, del que fue íntimo colaborador, destacó su edad al acceder la papado y la sensación de hombre sin prisa y de una perspicacia en grado excepcional que ya puso de manifiesto al frente de la Congregación para la Doctrina de Fe que Cebrián calificó de observatorio excepcional de la situación en general y del mundo católico en particular.

Refiriéndose a las intervenciones públicas del Papa comentó su oportunidad y su intensa carga doctrinal e intelectual, como cuando en la Universidad de Ratisbona habló sobre el Islam rompiendo “una inercia de siglos” y originando, intensas y airadas reacciones de ciertos grupos musulmanes, que tergiversaron el sentido de sus afirmaciones, pero originando también un movimiento intelectual y religioso, dentro del mundo musulmán, de diálogo doctrinal y respeto mutuo.

Otro de los temas espinosos abordados por Benedicto XVI es el de la situación de la Fraternidad Sacerdotal de San Pio X, nombre institucional del grupo conocido como “lefebristas” que no acataron importantes decisiones del Concilio vaticano II especialmente relativas a la libertad religiosa, ecumenismo y separación de la Iglesia y el Estado. Al ataque furibundo de muchos medios informativos ante las decisiones del Papa para llegar a una solución de ese conflicto, Benedicto XVI ha mantenido su habitual calma y , dentro de ese contexto polémico, se han propiciado nuevos contactos con Israel.

El tema del “Nuevo Israel y la Iglesia Católica” como entidades equivalentes y ratificado por la Biblia puede ser un tema de fondo del viaje del papa a Israel, afirmó José Luis Cebrian.

Otro tema que ha sido objeto de inmerecidos ataques al Papa por parte de cierta prensa fueron las afirmaciones, hechas durante un viaje en el avión papal, manipuladas y sacadas de contexto, en las que Benedicto XVI ponía en guardia contra la presión difusiva del preservativo como solución definitiva al problema del sida, de extrema agudeza en muchas zonas de Africa. En la polémica desatada con ese motivo no han faltado voces de científicos de primera fila dando la razón a esa afirmación criticada, en ocasiones, desde posiciones afines a intereses económicos creados o acríticas con lo políticamente correcto.

El último y mas reciente tema que ha desatado polémicas entre los partidarios de un “statu quo” permanente entre las iglesias cristianas ha sido las decisiones jurídicas a iniciativa del Papa para facilitar el acercamiento a la Iglesia católica a los anglicanos y especialmente a los seminaristas y sacerdotes anglicanos que tienen contraído matrimonio, mediante los llamados “ordinariatos personales”, basados en la experiencia maronita y de otras iglesias católicas orientales.

Volviendo a la encíclica “Caritas in Veritate” el ponente afirma que tiene un contenido que requiere una lectura reposada ya que plantea los grandes problemas a los que se enfrenta la Iglesia en nuestro tiempo, entre ellos el de la verdadera asimilación del Concilio vaticano II con sus documentos básicos y de gran densidad doctrinal como son la constitución “Gaudium et spes”, el documento “Lumen Gentium” y el de liturgia. Durante el papado de Pablo VI se da una revolución “ad intra” que lleva al Papa a decir que “el humo del infierno ha entrado en la Iglesia”. En su encíclica “Populorum progresio” ya abordaba con adelantada clarividencia el tema del desarrollo integral del hombre. El mismo problema es analizado en el contexto moderno y globalizador en la última encíclica de Benedicto XVI. Las voces críticas la acusan de ser demasiado candente y pegada al terreno pero en ella se desenvuelve la idea de cómo la globalización exige ser encuadrada y orientada por el amor al hombre en toda su dignidad, esto es por la caridad rompiendo así los planteamientos s de una teología de la liberación basada en el materialismo marxista.

Durante el papado de Juan Pablo II, junto a quien estuvo Ratzinger como íntimo colaborador, experimentaron una realidad dificilísima. Ante todas estas realidades José Luis Cebrián recordó que todas las cosas tienen un lado bueno y que siempre hay una oportunidad que hay que saber aprovechar, lo que se ha visto claramente en algunas de las situaciones contradictorias sufridas por Benedicto XVI quien ha recordado muchas veces que la cultura europea es de raíz cristiana. Cebrián se refirió a esa cultura cristiana y recordó al profeta Amos cuando afirmó “yo soy un pinchador de higos” (cuando en determinadas condiciones se pincha un higo el fruto al cabo del tiempo pasa de incomible a delicioso). Ese es el papel de la cultura cristiana y este Papa, terminó José Luis Cebrián, es, en ese sentido, un pinchador de higos.